La primera fase se centra en la preparación. Empieza por definir tus objetivos: ¿Buscas más espacio de almacenamiento, mejor distribución, un estilo renovado o un mayor valor de reventa? Saber lo que quieres te ayudará a tomar cada decisión posterior.

A continuación, establezca un presupuesto realista. Considere materiales, mano de obra, permisos y un margen para gastos inesperados. Investigue los costos promedio de su zona y determine qué nivel de remodelación puede permitirse, ya sea una renovación completa o mejoras específicas.

Una vez que el plan y el equipo estén listos, el siguiente paso es crear el nuevo diseño de su cocina. Esto implica planificar el espacio, elegir el estilo y los materiales.

Primero, planifique su distribución. Las opciones más comunes incluyen cocinas en forma de L, en forma de U, de galera y de concepto abierto. Un buen diseño equilibra la estética con la funcionalidad: piense en el "triángulo de trabajo de la cocina" (fregadero, estufa, refrigerador) para optimizar el movimiento.

Luego, elige tu estilo y acabados. Decide qué gabinetes, encimeras, salpicaderos, pisos e iluminación usarás. ¿Buscas un estilo moderno, tradicional, rústico o minimalista? Tu diseñador puede ayudarte a crear una paleta cohesiva y recomendarte materiales duraderos y de alto rendimiento.

También elegirá los electrodomésticos durante esta fase. Tomaremos medidas cuidadosamente y comprobaremos que los nuevos electrodomésticos se adapten tanto al espacio como a sus hábitos culinarios. Los modelos de bajo consumo merecen la inversión para ahorrar a largo plazo.

Antes de proceder con la instalación, ultimamos todas las decisiones y tramitamos los permisos necesarios. Esto garantiza el cumplimiento de la normativa local y evita retrasos.

Con el diseño definido y los materiales pedidos, es hora de comenzar la construcción. Esta fase puede durar varias semanas, dependiendo del tamaño del proyecto.

Comienza con la demolición: retirar gabinetes, encimeras y, a veces, paredes viejas. Prepárese para el polvo, el ruido y el acceso limitado a la cocina. Una cocina temporal puede simplificar la vida.

A continuación, se realizan las obras estructurales y de sistemas. Esto incluye plomería, electricidad, climatización y estructura. Profesionales certificados se encargan de este paso para garantizar la seguridad y el cumplimiento de la normativa.

Una vez establecida la base, comienza la instalación. Primero se colocan los gabinetes, seguidos de las encimeras, los electrodomésticos, el protector contra salpicaduras y el piso. Los toques finales, como la pintura, la iluminación y los herrajes, vienen al final.

Una vez instalado todo, se realiza una inspección final y un recorrido para garantizar la calidad y el funcionamiento. En esta etapa se abordan las tareas pendientes (pequeñas correcciones o ajustes).

Remodelar una cocina no se trata solo de mejorar una habitación, sino de mejorar tu forma de vivir e interactuar con el espacio. Siguiendo un proceso claro —planificación cuidadosa, diseño meticuloso y ejecución fluida— puedes convertir tu visión en una cocina hermosa y duradera.